Algo sobre Fulcanelli y su obra

Fulcanelli es el seudónimo del autor (o autores) de, posiblemente, los tres libros alquímicos más conocidos por el público común.

En 1929 se publica en París una extraña obra titulada El misterio de las catedrales y la interpretación esotérica de los símbolos herméticos firmado por Fulcanelli. Este ensayo se centra en revelar y explicar algunos secretos del arte gótico empleado para la construcción de los templos y algunos edificios durante los últimos siglos de la edad media por toda Europa. Al año siguiente, en 1930, entra en circulación una segunda obra titulada Las moradas filosofales y el simbolismo hermético en sus relaciones con el arte sagrado y el esoterismo de la gran obra, que enseña al iniciado a reconocer e interpretar los mensajes dejados por los antiguos maestros canteros.


En 2001 el autor francés Jacques d'Arés saca a la luz el último manuscrito firmado por Fulcanelli. Finis Gloriae Mundi, título inspirado en la obra del pintor sevillano Juán de Valdés Leal, cierra el ciclo y completa la revelación del secreto alquímico y termina de marcar el camino a aquellos que deseen hallar la esquiva Piedra Filosofal.

Finis Gloriae Mundi de Juán de Valdés
Finis Gloriae Mundi por Juán de Valdés Leal.


Aunque bien es cierto que las tres obras están principalmente dirigidas a los iniciados en la alquimia, cualquier persona puede leerlas para conocer que, aunque no se sepa ver, hay un mensaje esperando a quien tenga la capacidad de entender.

 

Sobre la vida de este personaje nada se sabe a ciencia cierta... al menos por el común de los mortales. Se especula mucho sobre la identidad y el destino de la persona o personas ocultas tras la sombra de la palabra Fulcanelli, pero hasta que quien lo sepa se decida a hablar abiertamente, el secreto seguirá escondido a la vista de todos en los muros de las antiguas catedrales.














Opinión del aprendiz:

Habiendo leído los tres libros debo advertir a los no-iniciados que a veces la lectura puede hacerse pesada y quizá no saquéis nada en claro, pero quién sabe; quizá nunca os habréis planteado iniciar la búsqueda hasta leer a Fulcanelli.


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